miércoles, 7 de febrero de 2018

INVIERNO

Aquí estás con tus grises y ateridas  piquetas,
duro despojador del otoño, dejando
al aire tu esqueleto, que en la noche
siento, inerte, crujir muriendo contra el mío.
Yo quisiera dormir siendo tus propias nieblas,
el lecho a tus nevadas silenciosas abierto.
Dame el sueño que escucha sin temor los aullidos
de los lobos insomnes en torno de la casa.
Y sin embargo, invierno, ya no soy
las tierras en reposo esperando el arado,
ni esa sombra que inmóvil sueña en que el sol la vista
de un segundo infinito de luz al apagarse,
Soy una primavera tal vez desposeída,
que en la cruda estación le queda entre las ramas
el tiemblo combatido al viento de una hoja.
Hace frío y no puedo abrir, yertas, las manos
para impedir el soplo mortal y penetrante del invierno.


Rafael Alberti 

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