Según Don Pedro Henríquez Ureña en “El Español en Santo Domingo”, “los primeros maestros en la isla, fueron los
frailes de la Orden de San Francisco, poco después de 1502; en su convento de
la ciudad capital, que comenzó dando enseñanza rudimentaria a los niños, se llegó
hasta la enseñanza superior: todavía en el siglo XVIII, el arzobispo Alvarez de
Abréu informa que allí “se lee (i, e., se enseña) filosofía y teología”.
A los Franciscanos les siguieron los frailes de la Orden de
Santo Domingo, quizá desde 1510. Después, los frailes de la Orden de la Merced.
Antes de 1530. Además, organizó una escuela pública el insigne obispo Ramírez
de Fuenleal.
Los dominicos tuvieron desde temprano alumnos seglares, junto
a los aspirantes al estado religioso, y procuraron elevar su colegio a la
categoría universitaria: la bula In
apostolatus culmine, de Paulo III, con fecha 26 de octubre de 1538,
instituye la Universidad, con los privilegios de las de Alcalá de Henares y
Salamanca. Se le dio el nombre de Santo
Tomás de Aquino, cuyas doctrinas eran allí el fundamento dela enseñanza
filosófica y teológica.
Pero el colegio de los dominicos no fue el único que aspiró a
la categoría universitaria: desde el siglo XVI la pidió y la obtuvo también (1540)
el Estudio, célebre en la ciudad, que
fue dotado el medinense Hernando de
Gorjón. El estudio tuvo como base la escuela pública fundada por el obispo
Ramírez de Fuenleal, y en él ocuparon cátedra escritores dominicanos: el P. Diego Ramírez, Cristóbal de Llerena,
Francisco Tostados de la Peña, Diego de Alvarado, Luis Jerónimo de Alcocer.
Desde 1583, se le llamó oficialmente Universidad
de Santiago de la Paz”.
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