Maestra
Maestra: recuerda el amanecer con su
vaca lechera,
su humo de sol,
su organillo de pájaro…
Háblanos del plátano que rezaba a la
sombra
y del guineo que amarillaba junto al
oreganito;
del maizal que nos confirma que en
América
no es exótico ni lo rubio ni lo negro.
¡Maestra, no te muestres tan distraída ante
tus
Parroquianos hombre!...
Piensa que ser mujer,
Y mujer con m minúscula,
es de todas las cosas lo que en verdad
te importa.
Trocar los sexos, ¿y con que objeto,
siendo, como eres, en realidad, de un
sentir prolijo
y tierno?
Así:
minuciosa, sensible y sumisa
te soñó mi egoísmo,
y te anhelan mis hijos que están en
gestación
desde la infancia!
Domingo
Moreno Jimenes
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