Según Pedro Henríquez Ureña, en el siglo XVI
surgieron grandes escritores nativos, como Juan de Castellanos, el cual explicó
que las dificultades que provocaron la rebelión del cacique Enriquillo (1519-1533),
fue “la vida regalada”.
El médico Méndez Nieto mencionado por Don
Pedro, cuenta que para la época Bejarano había escrito una sátira anónima
contra la Real Audiencia de Santo Domingo, la cual había apresado a todos
los poetas para investigación, sin lograr descubrir “quién la habría escrito”.
Juan de Castellanos,
quien describe la vida literaria-social de Santo Domingo en 1570:
“Porque
todos los demás, allí nacidos,
para grandes negocios son bastantes,
entendimientos han esclarecidos,
escogidísimos estudiantes,
en lenguas, en primores, en vestidos,
no menos curiosos que elegantes;
hay tan buenos poetas, que su sobra
pudiera dar valor a nuestra obra.
Hay Diego de Guzmán y Joan su primo,
y el ínclito Canónigo Liendo,
que pueden bien limar esto que limo
y estarse de mis versos sonriendo;
quisiera yo tenerlos por arrimo
en esto que trabajo componiendo,
y un Arce de Quirós me fuera guía
para salir mejor con mi porfía.
Otros conocí yo también vecinos,
nacidos en el obre castellano,
que en la dificultad de mis caminos
pudieran alentarme con su mano;
y son por cierto de memorias dinos,
Vilasirga y el doto Bejarano;
no guiara tampoco mal mi paso
el desdichado Don Lorenzo Laso”.
Aunque el ambiente estaba saturado de escritores
y poetas nativos. No obstante, no existían imprentas para plasmar sus escritos
y obras. Por lo que no se conserva nada de los escritores mencionados por Juan
de Castellanos en su obra, ellos
son: Liendo,
Arce Quirós, Juan, Diego de Guzmán…
Según se cree, el canónigo Francisco de Liendo
(1527-1584), fue tal vez el primer sacerdote nativo de Santo Domingo. Fue su
padre el arquitecto Rodrigo de Liendo nativo de las Tierras Altas de Escocia, quien
construyó la iglesia de la Merced y se le atribuye la fachada de la Catedral
Primada de América. Sobre Arce de Quirós, Diego de Guzmán y Juan
Guzmán, no se conoce nada importante. Tenemos un predicador también, el
cual alcanzó fama en Perú, nombrado Fray Alonso Pacheco, primer nativo
que fue provincial de una orden religiosa y se llegó a proponer como obispo.
Entre otros, como el P. Diego Ramírez, padre mercedario
a quien se le hizo un proceso judicial o inquisicional; la poeta y señora Doña
Elvira de Mendoza, Leonor de Ovando, profesa en el
Monasterio de Regina de la Española; Francisco
Tostado de la Peña, abogado y catedrático en la Universidad de Santiago
de la Paz; La monja Regina.
Se dice que Doña Elvira y Leonor son las
primeras poetizas del Nuevo Mundo. De la primera no conocemos nada. De Leonor
conocemos cinco sonetos y los versos blancos:
El Niño Dios, la Virgen y Parida,
el parto virginal, el Padre Eterno,
el portalico pobre, y el inverno
con que tiembla el autor de nuestra vida…
La monja
Regina nos sorprende con
sus versos místicos:
Y sé que por mí sola padeciera
y a mi sola
me hubiera redimido
si sola en
este mundo me criara…
No se
pueden quedar sin mencionar a Fray Alonso de Espinosa, Gil González Dávila,
en teatro eclesiástico; Cristóbal de Llerena, en obras
dramáticas. El primero, escribió una
exposición en verso español sobre el Salmo 41. El tercero, fue canónigo y
catedrático universitario. Además, escribía obras dramáticas para las
representaciones eclesiásticas. De sus obras solo se conoce el
entremés de Llerena.